miércoles, 19 de marzo de 2008

Por una Ley del castellano, de la Libertad en la enseñanza

Las urnas han representado un fuerte varapalo a los nacionalismos, sobre todo a los más radicales, a los que multan a quiene rotulan sus comercios en castellano o impiden que las familias puedan elegir el idioma en que quieren educar a sus hijos. Lejos de aprender la lección, y demostrando por enésima vez que el nacionalismo es un enemigo contumaz y acérrimo de la libertad personal, asistimos a una ofensiva, a una huida hacia delante de nuevas agresiones a la libertad. El nacionalismo gallego pretende seguir la senda de las multas a las empresas en una apuesta por el empobrecimiento general de Galicia, pues las empresas huyen de los resentidos iluminados de las esencias y de quienes, abusando de la lengua, intentan levantar fronteras de incomunicación. El Gobierno vasco, presidido por uno de sus iluminados acomplejados, con el que hasta su propio partido no sabe qué hacer, se dispone a perpetrar un estéril proceso de ingeniería social, de corte totalitario, para erradicar el castellano de la escuela. La consejería de Educación, a cuyo frente está un emigrante zamorano, perteneciente a un partido extraparlamentario como EA, pretende extender la inmersión lingüística en euskera como único modelo educativo, cercenando la libertad real, la de las personas. Según el Gobierno vasco, “Dado que en el actual escenario sociolingüístico las condiciones del entorno favorecen el uso y la competencia en la lengua castellana, y que la praxis y las evaluaciones han demostrado que la exposición al euskera en la enseñanza resulta fundamental para adquirir una capacitación comunicativa oral y escrita suficiente, el euskera debe ocupar el papel integrador que le corresponde como lengua principal en el proceso de aprendizaje". Como en 1984 de Orwell, aquí las palabras se utilizan con significado distinto y perverso. Es un trágala insufrible. No hay nada de integrador en la mentalidad totalitaria que destila el texto. Con coraje encomiable, un grupo de padres se ha movilizado en defensa de sus derechos y de los de sus hijos. Este tipo de problemas pueden evitarse en el futuro mediante el cheque escolar, incrementando el poder de los padres y arrebatandóselo a los mediocres comisarios políticos. Por el momento, hay que alentar la movilización ciudadana, confiar en la acción de la Justicia y esperar que una de las primeras iniciativas del PP en la nueva legislatura sea plasmar una de las ideas más sugerentes planteadas por Mariano Rajoy en su programa: una Ley del castellano, una Ley de la libertad, que permita a cualquier familiar en todo el territorio nacional que sus hijos puedan estudiar en castellano –idioma, por lo demás, que hablan cuatrocientos millones de personas en el mundo, y que es un activo de competitividad en este mundo globalizado.

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