sábado, 29 de marzo de 2008

‘Conspiranoia’: Losantos y Pedro Jota, culpables de la derrota del PP (IV)

Sometido a los dictados de Losantos, coleccionista de estupideces, y Pedro Jota, ambos sin aparentes escrúpulos morales ni respeto a la verdad, el PP –o un sector, sobre todo- se va sumiendo en el más absoluto ridículo, pues toda su labor implica cuestionar precisamente la labor investigadora del Gobierno de Aznar, del ministro del Interior, Ángel Acebes, y del portavoz de aquel gabinete, Eduardo Zaplana. Fue para desternillarse contemplar a políticos actuando como auténticos peleles cuestionándose histéricamente a sí mismos, con tal de servir a sus pequeños señores. En un patético caso de amnesia aguda y colectiva, parece que estos personajes del PP, al dictado de dos chiquilicuatres, nunca recordaron que ellos estaban en el poder, que ellos tomaron la sabia decisión de destruir los trenes una vez hechos los análisis, que ellos detuvieron a los islamistas. No se puede llegar a mayor estupidez, sometidos a una esotérica fabulación, sin pies ni cabeza, que convierte a Losantos y Pedro Jota en los culpables de la derrota del PP. Este clima de apasionado interés por hacer el ridículo -¡se llegó a situar a Suárez Trashorras como víctima!- está reflejado en el siguiente extracto de mi libro ‘Conspiranoia, de cómo El Mundo y la COPE mintieron y manipularon sobre el 11-M”. El que avisa no es traidor y avisé, vaya sí avisé:

“Resulta chocante la obsesión del Partido Popular por desacreditar su propia investigación, pura sumisión a lo que se le indica desde El Mundo y se le vocea desde las mañanas de la COPE. Así, el 19 de abril de 2006, la diputada Alicia Castro declara que “a día de hoy, sabemos que tanto la furgoneta Kangoo como el Skoda Fabia y la famosa mochila número 13 pudieran ser pruebas no reales, que se habrían dejado como señuelos para dirigir la investigación policial”. Y el 8 de julio, Jaime Ignacio del Burgo indica que “el cierre del sumario es una pésima noticia porque los españoles nos quedamos sin saber quién hizo y promovió un atentado que provocó un auténtico terremoto político en España”. En flagrante contradicción con su persistente línea, el 8 de agosto de 2006, el mismo diputado navarro dice: “El Partido Popular no ha hablado jamás de conspiración, ni de que ETA estaba en el atentado”.
En septiembre de 2006, el Partido Popular concede credibilidad a las declaraciones de José Emilio Suárez Trashorras al diario El Mundo y centra en ellas su estrategia parlamentaria. Ángel Acebes pide “una revisión exhaustiva en todos los ámbitos de las investigaciones” y, en una nueva contradicción, Jaime Ignacio del Burgo retorna a la conspiranoia: “La versión oficial se ha derrumbado. Ha habido conspiración para evitar que se conozca la verdad del 11-M y esto es muy grave”. Mariano Rajoy no se queda fuera y llega a insinuar que ciertas pruebas “pudieron ser manipuladas” y que el sumario “está en tela de juicio”. El 13 de septiembre, en el momento de mayor desfonde moral del PP y de sumisión a la derecha pagana, Eduardo Zaplana presenta una interpelación urgente sobre el esclarecimiento de la verdad de los hechos relacionados con el 11-M. El día 21, Acebes y Zaplana afirman que “en la investigación del 11-M se han manipulado informes y se han destruido pruebas”.
El 4 de octubre es Esperanza Aguirre la que se implica en las sospechas y habla como un editorialista de El Mundo. “¿O es que no tenemos en España ejemplos de que aún 14 años después, como el caso del GAL, se han descubierto crímenes de Estado por investigaciones periodísticas? Nunca hemos dicho que el PSOE es responsable del 11-M pero queremos saber la verdad”. Las diferentes informaciones sobre qué no se puede determinar el explosivo utilizado, orquestadas por El Mundo, encuentran siempre amplio eco en las filas del PP, que actúan en calidad de palmeros. Sin embargo, el 20 de febrero de 2007, Zaplana proclama que el PP “jamás” ha hecho oposición con el 11-M ni ha cuestionado la actuación de la Justicia, cuando es notorio todo lo contrario, con él como ariete. Por esas fechas, Rajoy debe haber dado consignas de bajar el perfil en la cuestión porque él mismo 18 de marzo declara a los medios que “en mi partido no hay nadie que diga que ETA hizo esto. Y si alguien lo dice, yo le exigiré que lo pruebe. Y si no lo prueba, le diré que no lo puede decir”. Se remite a lo que digan los tribunales. No le hace mucho caso Alicia Castro quien el 1 de abril, asegura que la ‘versión oficial’ es mentira. De todas formas, el 15 de ese mismo mes, Rajoy se llama a andana e insiste en acatar la vía judicial: “Lo de la teoría de la conspiración que se lo pregunten a otros. Respetaré y acataré lo que decida el tribunal del 11-M”. De inmediato, Ángel Acebes sigue la consigna de la superioridad: “La teoría de la conspiración es una invención del PSOE, de Zapatero, de Rubalcaba y Pepe Blanco. Nadie ha puesto sobre la mesa una teoría de la conspiración, y menos el PP. No hay ni una sola frase que pueda sostener que el PP ha mantenido o respaldado teoría de la conspiración alguna. Nadie ha hablado en el PP de teoría de la conspiración”. El lector puede volver a releer las citadas reseñadas en los párrafos anteriores y cotejarlas con estos sorprendentes desmentidos del secretario general del PP.
Piqué insiste en la misma línea: “Ningún dirigente del PP ha abonado la famosa teoría de la conspiración”. El 19 de abril, Alberto Ruiz Gallardón pide no confundir la posición del PP de “respeto a la Justicia” con “otras voces” ajenas a su partido. Cinco días después, Zaplana dice que “las cosas no están muy claras” y que aún se desconocen “cuestiones esenciales y básicas”. A primeros de mayo, a la desesperada, El Mundo lanza la insensible especulación de que quizás convendría exhumar cadáveres como prueba pericial añadida sobre los explosivos. Ángel Acebes respalda al periódico con el que ha sellado tan estrecha alianza: “Hemos pedido siempre que la investigación sea lo mejor posible, que se aporte todo lo que haya que aportar para que se esclarezca y se conozca la verdad”. Zaplana, como siempre, va más allá aún: exhumar cadáveres sería “bueno” si sirve para “acercarse a la verdad”. El 16 de abril, el portavoz parlamentario, en su habitual papel de apasionado altavoz conspiranoico, considera que el informe sobre los explosivos confirma los “sólidos argumentos” del PP y justifica las “dudas” de su partido, porque “se desmorona la versión oficial”. No se puede caer más bajo en un político que fue de talla que devenir en frívolo discípulo de Luis del Pino”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

enrique de diego, eres un miserable.
porque te metes con losantos y pedro j?
porque no te metes con el vil, rastrero y cobarde gallardon; o con el servil rajoy; de verdad crees q la culpa de todo la tiene la COPE.
estoy de cauerdo contigo en algunos temas(aborto, zapatero..), pero em parecen indiscriminados tus ataques a losantos cuando intelectualmente no le llegas a la suela de los zapatos