viernes, 7 de marzo de 2008

Con el dolor de España

Con el dolor de España, de todos y cada uno de los españoles, por la muerte, por el vil asesinato de uno de nuestros hombres libres, elevo mis oraciones por Isaías Carrasco y transmito mis condolencias y mi cariño a su familia, a esa hija que ha sido testigo del vil asesinato y que ha tenido arrestos para gritarle ‘asesino’ al etarra. También a sus compañeros del partido socialista vasco, tantos de ellos heroicos, y a todos los militantes del PSOE.
De nuevo, como lo intentaron en las pasadas elecciones con la caravana de la muerte que fue detenida en Cañaveras, como lo consiguieron los terroristas islamistas en la masacre de Atocha, la celebración de las elecciones viene marcada por el terrorismo, de nuevo el terror trata de influir y, al tiempo, de cuestionar la legitimidad de las urnas.
Resulta complejo, y en buena medida impropio, analizar el contenido político del asesinato, el mensaje que los terroristas nos envían a través de la víctima. Desde luego, el desprecio hacia la vida humana y el odio a la libertad personal de los totalitarios. No voy a entrar en quién quiere o no que gane las elecciones ETA, porque eso nos introduce en la mentalidad degradada y degradante de los terroristas. ETA no quiere que haya elecciones, busca un paisaje de sepulcros y campos de exterminio. Es una experiencia histórica que la bestia etarra se ha ensañado con quienes se han acercado a ella para negociar. Esa vía debe quedar cerrada para siempre, porque, además, de inmoral, es inútil, no sirve para nada. Parte de ese terrible mensaje es que el asesinato se ha producido en Mondragón, ciudad en la que gobierna ETA a través de ANV, y lo hace porque el Gobierno cedió a las exigencias etarras.
Lo que debemos hacer, lo que es un imperativo categórico, lo que responde a la memoria, la dignidad y la justicia respecto a Isaías Carrasco, y a mil héroes más, es restañar heridas y recuperar la unidad de los demócratas para fortalecer el Estado de Derecho y conseguir, con tenacidad y coraje, la derrota de ETA, aislándola social y políticamente, cerrando a los terroristas cualquier atisbo de esperanza y rechazando cualquier avance hacia sus objetivos políticos porque lo contrario no haría otra cosa que legitimar el terrorismo, el pasado, el presente y el futuro. Esa unidad de los demócratas tiene el marco adecuado en el Pacto por las Libertades, senda que ha de recuperarse y profundizarse en ella.
Sellemos nuestro compromiso con la libertad, con la vida, con la dignidad de las personas. Se lo debemos a Isaías Carrasco.

No hay comentarios: